“NO MATEMOS EL FUTURO”

DENUNCIEMOS EL ABUSO DE PSICOFÁRMACOS EN NIÑOS Y ADOLESCENTES

UNA OPINIÓN DESDE LA ESCUELA



¿QUÉ OCURRE?

MOTIVOS DE ALARMA QUE EMERGEN CON FUERZA EN EL AULA Y DIFICULTAN GRAVEMENTE, LA EVOLUCIÓN GLOBAL DEL ALUMNO:

- Dispersión.
- Falta de atención continuada.
- Poca capacidad de esfuerzo.
- Inquietud.
- Irritabilidad
- Necesidad de ser el “príncipe” de la clase.
- Prioridad hacia la acción en detrimento de la actitud reflexiva.
- La cantidad de trabajo realizado impulsivamente por el niño, prima por encima de la calidad.
- El aprendizaje se canaliza hacia llamar la atención del adulto: pérdida del placer de aprender.
- Dependencia excesiva del alumno, pérdida de iniciativa y autonomía.
- Desorganización y falta de responsabilidad ante las tareas.
- Dificultad de aceptar y asumir las normas básicas.
- Actitud de prepotencia y desafío.
- Falta de respeto y de consideración hacia los profesores y adultos.



¿POR QUÉ?

ALGUNAS DE LAS POSIBLES CAUSAS QUE LAS PROVOCAN Y LAS INCENTIVAN:

- Poca dedicación de tiempo de los padres hacia los hijos debido a la excesiva ocupación y las”prisas”.
- Demasiada concesión hacia la escuela de la responsabilidad de formación y educación.
- Falta de comunicación, cooperación, complicidad y coherencia entre padres y escuela.
- Dificultad del maestro para gestionar las actitudes especialmente “difíciles” de sus alumnos.
- Ofrecimiento de excesivos “premios” materiales, por parte de los padres, para compensar la poca convivencia familiar.
- Falta de límites y de referentes claros que el niño necesita para evolucionar.
- Pocos ratos dedicados a la comunicación (escuchar, dialogar…), al razonamiento y al afecto cotidiano que el niño necesita para alimentarse.

En contrapartida, los niños están inmersos en:
· Excesivas actividades y estímulos en soledad (tele, ordenador, “maquinitas”…)
· Gran cantidad de información y poco diálogo para que el niño pueda seleccionar, comprender y ordenar en su mente todo lo que recibe.
· Muchas actividades organizadas y poco tiempo para “aburrirse” y generar el deseo de imaginar, inventar, crear…
· Demasiados juguetes, regalos… poco juego compartido con placer, falta de complicidad y de intimidad afectiva.


EL NIÑO ESTÁ RECIBIENDO EN EXCESO, ESTÍMULOS MATERIALES INNECESARIOS Y LA “ACTITUD DIFÍCIL” QUE PRESENTA ES UNA DEMANDA PARA CUBRIR SUS NECESIDADES AFECTIVAS BÁSICAS.

LA SOCIEDAD ESTÁ ENFERMA DE MUCHO HACER Y “POCO VIVIR…” Y LOS MÁS PEQUEÑOS, ADOLECEN DE ELLO.

¿QUIÉN AYUDA AL NIÑO A ORGANIZAR Y A LIMPIAR EL EMBRUTECIMIENTO, EL DOGMATISMO LAS INCOHERENCIAS E INTEMPERANCIAS CON LAS QUE LA SOCIEDAD LE IMPREGNA Y LE BOMBARDEA CONSTANTEMENTE?

¿QUIEN ESTABILIZA Y DA SOSIEGO A LA CONSTANTE ALTERACIÓN QUE SE LE PRODUCE?


¿COMO ACTUAMOS?


RESPUESTAS FÁCILES Y NEGATIVAS (salvo casos de dificultad real):

- “La culpa es de los padres”
- “La culpa es de la escuela”
- “No puedo aguantar al niño”
- “El médico me ha recomendado: ansiolíticos, tranquilizantes o un medicamento para calmar al niño y centrar su atención…”


¿COMO PODEMOS ACTUAR?


RESPUESTAS “DIFÍCILES” Y POSITIVAS

A nivel de relación:

Hablar cálidamente con el niño: verbalizar lo que le ocurre y procurar que se sienta aceptado y comprendido en sus dificultades.

Valorarle los pequeños logros que realiza hacia su mejora de actitud.

Ayudarle a rehacer una buena imagen de sí mismo: un niño inquieto o disperso… no es un “niño malo”.

Hablarle en positivo y ofrecerle confianza: “sé que no quieres actuar así, voy a ayudarte a cambiar…”

Quererle, abrazarle, acariciarle…: regalarnos y regalarle de forma intensa y consciente: ternura, sosiego y calma (cada día, aunque solo sea durante poquito tiempo).

No dar al niño “cosas materiales” antes de que las desee para calmar el sentido de culpa originado por la poca dedicación de tiempo y la pobre comunicación.

Para educar, debemos buscar el equilibrio entre la autoridad (seguridad) y el cariño profundo.

Debemos cuidar la esencia de la comunicación: los niños se impregnan de la agresividad, la rabia y el nerviosismo que perciben en los adultos.

Aceptar que, las dificultades que el niño manifiesta son en muchas ocasiones, el reflejo de las incoherencias en un modelo de vida poco adaptado a él y de la actitud confusa que les ofrecemos.
o el niño está tenso porque vive tensión a su alrededor.
o el niño se mueve excesivamente porque los adultos estamos llenos de
o acción.
o el niño busca ser el centro porque se siente sólo.
o el niño no atiende porqué está demasiado pendiente de los mensajes excesivos guardados en su mente.
o el niño actúa con agresividad porque la siente a su alrededor.
o el niño se excede en su comportamiento porque debe realizar demasiadas actividades que no desea y le cansan en demasía…


Por tanto, los padres y educadores debemos buscar, en el lugar idóneo, orientación y guía para comprender y ayudar al niño (si es necesario a nivel de un profesional cualificado en psicología).

Las actitudes estables, coherentes y positivas que recibe del adulto, son un modelo para la felicidad y la “buena conducta” de los más pequeños.

Sabemos que en el mundo actual es difícil dar al niño la estabilidad emocional profunda que precisa, pero debemos ser conscientes que ésta, es el primer eslabón necesario y básico para ayudarle a crecer en armonía. La falta de este compromiso continuado, genera la primera alerta… y entonces deberemos asumir que: EL NIÑO NO ESTÁ ENFERMO… ¡SÓLO PIDE, LO QUE LE ES IMPRESCINDIBLE!

Para: La Comunidad para el Desarrollo Humano.
www.eslacomunidad.org

De: Maestras en Educación Infantil y Educación Especial

Septiembre del 2007